Amanece en Albaina con un fresquito de esos que te hacen replantearte la idea de dormir al raso. Pero como buenos exploradores curtidos, hemos dormido de lujo sobre nuestras colchonetas hinchables, eso sí, con la precaución de no pincharlas. Porque ya se sabe, una colchoneta pinchada es la versión outdoor de una mala noche en el suelo. El desayuno no es en un bar, porque en Albaina no hay ni para un café de máquina, así que nos conformamos con un buen té caliente y nos ponemos en marcha.
Tomamos un camino parcelario en lugar de la carretera y pronto nos sumergimos en ese paisaje cerealista tan relajante. Los primeros pasos del día transcurren entre brumas, con Eneko marcando la temperatura como si fuésemos a hacer un estudio meteorológico. La primera parada es Páriza, a tan solo 2 km de Albaina. Nos dirigimos automáticamente a la iglesia, como si esperásemos encontrar algún tipo de "actividad frenética" en el pueblo. Spoiler: no la hay. Lo más emocionante es la fachada de la iglesia, que parece haber sido utilizada como portería de fútbol.
Sin mucho más que ver, seguimos camino a Sáseta, unos 4 km más adelante. La ruta es agradable y el aire huele a campo, lo que en nuestra mente urbanita se traduce en "aire puro", aunque Eneko insiste en que también huele un poco a vaca. Al llegar a Sáseta, nos desviamos para ver las cascadas del río Ayuda, que hoy están un poco modestas, pero siguen siendo un rincón precioso.
Nos dirigimos a la Taberna Larrein para meternos entre pecho y espalda unos huevos fritos con chorizo y jamón, pero la taberna ha cerrado definitivamente. Un minuto de silencio por los peregrinos y senderistas que soñaban con este manjar. Seguimos hacia el desfiladero del río Ayuda, 6 km de puro disfrute visual. Los colores otoñales, el sonido del agua y la tranquilidad nos hacen sentir en un documental de naturaleza.
Al salir del desfiladero, llegamos a Okina, donde por fin encontramos un bar abierto: la taberna Kañiko. Momento de pausa, refresco y observación del ecosistema local (gente tomando cervezas). Visitamos la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y la fuente Kañiko, que probablemente inspiró el nombre del bar.
Desde aquí nos adentramos en la Montaña Alavesa, un cambio de escenario total: un hayedo espectacular nos rodea. Bajamos un barranco y poco a poco el paisaje cambia, anunciando nuestra llegada a la Llanada Alavesa. Pasamos por Andollu, donde nos topamos con la Vía Verde del Vasco Navarro y su restaurante homónimo. Eneko se toma un respiro, alegando que los GR no se hacen solos.
Nuestro siguiente destino es Villafranca de Estibaliz, con la silueta del Santuario de Nuestra Señora de Estibaliz recortándose contra el cielo. Este tesoro románico, normalmente abarrotado los fines de semana, nos recibe en absoluta calma. Tras la visita, descendemos hasta Oreitia, un pueblo sin servicios que atravesamos rápidamente.
Los últimos kilómetros nos llevan a Arbulo, donde nos esperan unas bicicletas decorativas a la entrada y la iglesia de San Martín de Tours, cuyo pórtico será nuestra suite de lujo para la noche. Al caer el sol, reflexionamos sobre la jornada: naturaleza, historia, aventura y la búsqueda incansable de un bar abierto. Mañana más.
Track para GPS:
Perfil de altura de la etapa:
Despertamos bajo el pórtico de la Iglesia de San Miguel en Albaina (Treviño). Las mañanas son frescas y hoy nos habremos levantado con unos 8 grados. Lo que es dormir hemos dormido muy bien. Llevamos colchonetas hinchables que son muy cómodas cuando estás de costado, ya que la cadera no se te clava al suelo. Con este tipo de colchonetas y un buen saco de plumas no tenemos problemas con el frío. Hay que tener precaución donde se pone la colchoneta porque son susceptibles de pincharse. De todas maneras, y como se suele decir, 'en peores garitas hemos hecho guardia' . Ya sabemos, por otras veces que hemos vivaqueado, que por debajo de los 3 grados podemos empezar a perder el confort. Aquí í hay que olvidarse de desayunar en un bar porque no hay. calentamos un poco de agua y nos hacemos un té bien caliente antes de comenzar a caminar.
Salimos de Albaina y tomamos un camino parcelario que evita la carretera que va hacia el pueblo de Páriza. Como viene siendo habitual las mañanas son un poco brumosas. Lo bueno es que nada más salir del pueblo te encuentras en el campo y empiezas a escuchar a los pajarillos, literalmente.
Salimos bien abrigados por que como he dicho estaremos a unos 8 grados (según el termómetro que lleva Eneko). Una vez que comencemos a caminar y el sol empiece a levantar nos sobrará ropa. En esta foto vemos a Eneko abrigado con algunas casas de Albaina que dejamos atrás.
El sol, aunque todavía bajo y apenas calienta, se agradece.
Casi todo el campo son plantaciones de cereal. Me encanta este paisaje.
Enseguida aparece el pueblo de Páriza. Son apenas 2Km la distancia que separa Albaina de Páriza.
Al llegar nos dirigimos a la iglesia; es lo que siempre solemos hacer cuando llegamos a un pueblo de estos pequeños. Al lado de las iglesias es donde, normalmente, suele estar todo el cotarro, si es que lo hay, claro.
Iglesia de San Martin de Tours en Páriza (Treviño). También hay una fuente en la fachada de la iglesia, aunque esta es de un solo caño. Y por lo que veo también la fachada sirve de portería.
Entramos y salimos del pueblo ya que no hay mucho por ver. Pueblo demasiado tranquilo.
Salimos por el camino junto al cementerio.
Y as í se es como se ve el pueblecito de Páriza cuando lo abandonamos.
Es una zona muy bonita repleta de pequeñas colinas.
Aquí vemos cómo se van sucediendo las colinas unas, tras otras.
Y otra cosa que nos llama la atención es el olor a campo.
Nos dirigimos hacia el pueblo de Sáseta. Desde Páriza son unos 4Km por lo que en una horita llegaremos. El camino nos está gustando mucho, muy agradable de caminar.
Vemos el pueblo de Sáseta
En la entrada del pueblo, antes de subir a su núcleo, nos desviamos para ver unas cascaditas que se forman en el río Ayuda. No baja mucha agua por lo que no están tan espectaculares como se pueden ver en otras fotos en internet.
Antes de llegar a la cascada se pasa por un molino.
Para llegar al centro del pueblo hay que subir una pequeña cuesta.
Iglesia de San Esteban. Se ve que está un poco deteriorada. De hecho, hay una alambrada para evitar acercarse por riesgo de desprendimientos.
En Sáseta tuvimos el placer de encontrar la Taberna Larrein donde pudimos comernos unos buenos huevos fritos con chorizo y jamón. Una noticia reciente del día 19 de febrero de 2024 decía que esta taberna ha echado la persiana. Pues nada, el único bar que se podía encontrar en Sáseta ya no está. Esperemos que alguien tome el relevo y pueda dar servicio a esta zona concurrida gracias a las muchas visitas que viene a recorrer el desfiladero del río Ayuda.
Después del buen almuerzo retomamos nuestro GR38 y nos adentramos en el desfiladero del río ayuda. He visto algún reportaje y voy con grandes expectativas. Hasta Okina tenemos cerca de 6 Km de puro disfrute.
Los colores del otoño muy presentes en este recorrido. Muy bonito todo lo que estamos viendo.
En el momento que te acercas al río hay multitud de rinconcitos que son una chulada.
El camino transcurre paralelo al río, unas veces más cerca de éste y otras un poco más alejado.
El camino pasa bajo una visera rocosa. Una zona preciosa.
El río no lleva mucha agua, pero de cualquier manera tiene rinconcitos muy bonitos.
Cerca de la orilla del río y favorecidas por la humedad reinante, crecen unos grandes ejemplares de haya.
Salimos al paraje de Las Campas donde el desfiladero termina o empieza dependiendo de donde salgas.
Okina con el monte Zarmendi detrás.
En Okina encontramos abierto la taberna Kañiko donde también daban comidas. El lugar estaba bastante concurrido.
Subimos hasta la iglesia de Ntra. Sra. de La Asunción.
Y nos damos una pequeña vuelta por el pueblo. Damos con una gran fuente de nombre Kañiko; imagino que la taberna habrá tomado su nombre de esta fuente.
Dejando atrás Okina nos internamos en la Montaña Alavesa. Tenemos por delante una buena dosis de bosques de los guapos.
Que maravilla de sitios. Estamos atravesando un precioso hayedo.
Hemos bajado un barranco y dentro de poco saldremos del bosque.
Poco a poco vamos saliendo del bosque y la vegetación va cambiando.
Alegria-Dulantzi y de fondo el monte Aratz y la Sierra de Altzania.
Después de Okina, el primer pueblecillo con el que nos topamos es Andollu. Por aquí pasa la Vía Verde del Vasco Navarro. En la foto podéis ver el poste de señalización por donde transcurre esta Vía Verde. Estella-Lizarra, Bergara, Oñati, o Vitoria-Gasteiz son puntos de inicio para descubrir esta vía verde
En Andollu, junto la carretera, tenemos el Restaurante Andollu. Aquí haremos otra pequeña parada.
A Eneko lo vemos sufriendo de lo lindo. Que duro es hacer GRs jajaja
Desde Andollu ponemos rumbo al cercano pueblo de Villafranca de Estibaliz.
La Llanada Alavesa y de fondo, de izquierda a derecha, la Sierra de Aizkorri, Aratz y la Sierra de Altzania y Sierra de Entzia.
Tras una corta subida después de pasar Villafranca llegamos al Santuario de Ntra. Sra. de Estibaliz (El santuario está en lo alto de una colina). Célebre santuario situado en la localidad de Argandoña, perteneciente al Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, en la provincia de Álava. Está considerado como BIC (Bien de Interés Cultural) y Monumento histórico-artístico perteneciente al Tesoro Artístico Nacional.
Tras visitar el Santuario de Estibaliz, donde prácticamente estuvimos solos (los fines de semana se debe de poner a tope pues hay un gran parking preparado para recibir numerosas visitas), bajamos al pueblo de Oreitia, que tras cruzar las vías del tren (Madrid-Irún) llegamos a su núcleo principal. Otro pueblo sin servicios. Hicimos una corta visita y lo abandonamos.
Por nuestra derecha vemos Argomaniz, un poquito alejado del GR pero que puede ser para alguien una alternativa de fin de etapa ya que hay un parador y seguramente haya algún tipo de servicio. Nosotros somos pobres y no nos podemos permitir un parador as í que nos toca dormir en los pórticos de las iglesias.
Desde nuestro camino vemos Arbulo, nuestro destino final de etapa.
La iglesia de San Martin de Tours en Arbulo. Parece que tenemos un buen pórtico.
La entrada del pueblo está decorada con algunas viejas bicicletas.
Arbulo. Tiene un club social, pero estaba cerrado. Es posible que los fines de semana esté abierto, pero no lo sé. Pueblo pequeño y sin servicios. Muy cerca de Vitoria-Gasteiz que puede ser otra alternativa para pernoctar si se toma un taxi.
Vamos a subir a la iglesia a ver que nos encontramos. Por cierto, en una reciente restauración, debido a los problemas de humedad que aquejaban al templo, se decidió retirar el retablo y reubicarlo en el Museo Diocesano de Arte Sacro de Vitoria-Gasteiz, dejando a la luz una extraña secuencia pictórica en la cabecera. A pesar de que la iglesia se rehízo casi por completo en torno al siglo XV y se terminó en estilo renacentista, para sorpresa de todo el mundo surgió detrás del retablo un primitivo muro de la iglesia románica, con parte de sus pinturas originales intactas. En este muro surgen en pintura roja ruedas, animales como palomas, jabalís y lobos, pavos reales y flores de lis. En el interior de la ventana absidial surge un motivo de despiece de sillares, perteneciente a una segunda fase pictórica también realizada en época medieval. (Info: https://www.facebook.com/alavamedieval/posts/desde-el-exterior-la-iglesia-de-arbulo-no-hace-presagiar-el-tesoro-que-alberga-e/1657700951055691/)
Vista del pueblo de Arbulo desde el alto de la iglesia. A lo lejos se llega a ver Vitoria-Gasteiz.
Y nuestro pórtico donde ya hemos desplegado los bártulos.
Me gusta ver el Santuario de Estebaliz y recordar de nuestra ruta por aquí.
ResponderEliminarNo soy un anónimo. Bonitos recuerdos.
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