A finales del mes de agosto quedé con el amigo Beltri para hacer mi primera
travesía por el Parque Natural de Aizkorri-Aratz; un recorrido desde Otzaurte
a Oñate siguiendo el cresterío de Aizkorri. La idea era, si hacia buen tiempo,
dormir bajo las estrellas en la cima del Aitxuri, techo guipuzcoano, y si
hacia malo en el refugio de Aizkorri. Beltri preparó una bonita ruta que
recorría, sino todo, casi todo el cresterío, pasando por las principales
cimas. Resultó que el tiempo no nos acompaño; niebla y algo de lluvia fue la
tónica general, así que y el segundo día, para malandar por la cresta y no
disfrutar de las vistas, cambiamos de planes y decidimos bajar a Urbia. A
pesar de no tener vistas 'lejanas', que tienen que ser una auténtica
maravilla, tuvimos la suerte de disfrutar de bonitos parajes envueltos por la
niebla. Parajes de encanto donde, si existieran los duendes, hadas, gnomos y
demás criaturas fantásticas, no dudo que tendrían aquí su morada. Ruta para
disfrutar y sacarle chispas a la cámara de fotos.
Día 1 (viernes, 29 de agosto de 2014):
De Otzaurte (670m) nos dirigimos al collado de Ultzama (820m) subiendo por
Abilleta y el promontorio herboso de Arkaungaña (825m). Alcanzado el collado
descendemos hacia la borda de Sagastieta (730m), en busca de una pista que
remonta el curso de la erreka Aranarri. Tras andar cerca de un kilómetro por
esta pista, la abandonamos para ascender por la loma norte del monte Iramendi
(920m), hacia las Chabolas de Iramendi (880m). Una vez arriba continuamos por
el cordal y visitamos los artamugarris de los seles de Larrebil 2 (937m) y
Larrebil (998m). Nos dirigimos después hacia Artzanzuloadana (1.028m), paraje
situado muy cerca del portillo de Atabarrate (1.095m), entre las cimas de
Allaitz Txiki (1.171m) y Umandia (1.225m). A partir de aquí entramos en otro
mundo, un mundo de sensaciones. Toda esta parte, desde Artzanzuoladana hasta
el collado de Allarte (1.142m), un precioso sendero recorre la vertiente E del
monte Allaitz (1.245m) entre espectaculares pasillos de caliza y un bosque de
encanto. La posterior subida hasta al collado de Aratzarte (1.268m), por la
vertiente NE del monte Imeleku (1.319m), es más de lo mismo. Llegamos al
collado de Aratzarte (1.268m) donde vemos la típica estaca de madera con el
nombre del lugar. Desde el collado tenemos unos 160 metros de desnivel hasta
alcanzar la cima del Aratz (1.445m). El sendero, muy marcado, asciende por un
terreno repleto de piedras. La subida no es incómoda pero estamos en terreno
despejado y tenemos bastante aire por lo que tenemos que abrigarnos. Enseguida
llegamos a la cima y, justo justo, vemos el buzón y el vértice geodésico con
la niebla que hay; no vemos tres en un burro. Estamos poco tiempo en la cima
porque el tiempo está desagradable, y tras las fotos de rigor, comenzamos el
descenso hacia San Adrián. De camino pasamos por una de las cimas secundarias
del monte Aratz: la cima, o mejor dicho, la antecima de Elurzuloak (1.431m).
Esta antecima toma su nombre por encontrarse muy cerca unas neveras o
elurzuloak, que son unas grietas de unos 80m donde se acumula la nieve durante
todo el año. Según descendemos nos internarnos en el bosque y tras pasar por
Portugaña (1.160m) llegamos a la fuente de Eskaratza (1.060m). Cerca de la
fuente pasa la vieja calzada medieval que nos acercará hasta el famoso paso de
San Adrián (1.030m), mítico e histórico paso natural entre Gipuzkoa y Álava,
entre Castilla y Europa. El paraje antes de llegar a la cueva es una
preciosidad, y eso que todavía seguimos con la niebla a cuestas. Llegamos a la
cueva de San Adrián y visitamos la ermita que hay en su interior. ¡Que
maravilla de lugar!. Hacemos un alto para comer algo, aprovechando los muros
de la ermita para refugiarnos de la corriente que hay dentro de la cueva.
Después del almuerzo, aprovechando que tenemos tiempo, bajamos hasta la Casa
de los Mikeletes (897m) y después subimos a ver la ermita de Sancti Spiritu
(964m). Decidimos también acercarnos a ver el mirador de San Adrián por lo que
subimos de nuevo a la cueva y la atravesamos. Nos dirigimos hacia Eskaratza
pero antes de llegar vemos el poste de señalización hacia el mirador. Seguimos
las marcas verdiblancas del SL-GI 3003 (Balcón de San Adrián) por un coqueto
sendero y en poco tiempo alcanzamos el mirador (1.075m) que da al cortado y
queda un poco más al norte de la cueva de San Adrián. El lugar es una
maravilla, y si tuviéramos vistas ya sería la leche, pero seguimos sin ver
nada a causa de la niebla. Comemos en el mirador y acto seguido desandamos el
SL hasta llegar de nuevo a la calzada medieval, entre Eskaratza y el paso de
San Adrián. Unos metros más adelante están las marcas que indican la subida
hacia el Aizkorri (1.523m) por el paraje de Mandobide o como popularmente se
le conoce como la subida por "El Calvario". La subida es durilla y de
pendiente constante y transcurre por un pisoteado sendero a través de un
precioso hayedo. A partir de la cota de 1.360m. salimos del bosque y surgen
las primeras peñas del cresterío. El sendero se abre paso a través de la mole
de caliza y sigue ascendiendo buscando el cortado. Sin pérdida llegamos al
refugio de Aizkorri (1.510m) y la ermita de Santo Cristo que está al lado.
Entramos en el refugio y nos alegramos de verlo tan limpio pero antes de nada
continuamos unos metros más y vamos a la cima del Aizkorri (1.523m). LLegamos
a la cima y nos hacemos 'la foto'. ¡Que pena no poder ver nada!. Volvemos al
refugio y preparamos los bártulos para pasar la noche: funda de vivac y saco
de dormir. A medida que se acercaba la noche aparecieron más personas con la
misma idea que nosotros. Al final nos juntamos 12 personas en el refugio y
dormir, lo que se dice dormir, no dormimos mucho.
Día 2 (sábado 30 de agosto de 2014):
Con las primeras luces nos levantamos y nos ponemos en marcha. Dejamos el refugio con toda la tropa de chavales que han estado buena parte de la noche en la ermita de litrona y de fumata. El panorama fuera no ha mejorado nada respecto al día anterior, seguimos con niebla y una ligera lluvia. Me da un poco de rabia porque tengo que guardar la cámara pero bueno, es lo que hay. Con este tiempo, y para no ver nada, decidimos bajar a la fonda de Urbía y ya de paso darnos algún homenaje tomando algo caliente. La cresta, esa preciosa cresta, se quedará como asignatura pendiente y espero, más bien pronto que tarde, aprobarla con nota. Bajamos con cuidado hasta llegar a la majada de Arbelar, mirando donde ponemos los pies, encajando las botas entre piedra y piedra, más que nada para evitar culazos, y es que el camino está muy resbaladizo de lo pulidas que están las piedras de tantos montañeros que han pasado. Ya en la parte baja entramos en los prados de Urbia y podemos relajarnos un poco sin tener que estar todo el tiempo mirando al suelo. Ante nosotros surge una hilera de árboles que forman una linea recta. Beltri me comenta que esos árboles te guían hasta la fonda, así que yo, por donde mande el maestro. Seguimos con la niebla pero por estas cotas más bajas vamos viendo un poquito más. El camino entre estos árboles, pisando hierba y con la niebla me resulta una maravilla. Cruzamos una pequeña regata, el arroyo de Urbia, y seguimos otra hilera de árboles que salen por nuestra izquierda; enseguida, poco a poco, va apareciendo entre la niebla la fonda. Hacemos una buena parada y la aprovechamos bien para coger fuerzas; cafecito, bocata, cerveza... Llenamos las botellas de agua en la fuente que hay fuera de la fonda y con la tripa caliente nos ponemos en marcha hacia la Sierra de Aloña. Primero nos acercamos a ver la ermita de Nuestra de Señora de Aranzazu que se encuentra muy cerca de la fonda. En unos minutos estamos en la ermita sacando fotos como posesos... y eso que somos ateos gracias a Dios. Tras la visita de la ermita nos encaminamos hacia el collado Iparbakoitz en dirección NO siguiendo un sendero por la faldas del Gorostiaran y Enaitz. En un momento dado la niebla comienza a levantar y el prado de Urbia queda visible con el cresterio de fondo arropado en una nube. El paisaje que tenemos es espectacular. Sacamos algunas fotos de este momentazo que no dura mucho porque poco después la niebla vuelve a apoderarse de Urbia. Seguimos por un sendero por el paraje de Infernuaitz hasta llegar a un punto donde encontramos una señal metálica que indica la dirección hacia la cima del Artzanburu. Seguimos la indicación y nos encontramos que el camino esta marcado por una serie de mojones cada pocos metros que en días como el que hoy de niebla ayudan mucho a guiarte. Poco a poco vamos subiendo hasta llegar al casco rocoso. Encontramos algunas marcas rojas que las seguimos y damos con la cima del Artzanburu coronada con un buzón , un pequeño altar con una rana dentro de una casa y un vértice geodésico. Descendemos por la vertiente norte hacia el collado de Biozkorna, límite natural de las sierras de Aizkorri y Aloña, por terreno kárstico. La bajada es lenta porque el terreno es kárstico y no muy cómodo. Una vez abajo buscamos la famosa Silla de la Virgen (Amabirijinaren Sillea), una piedra que, echándole un poco de imaginación, se asemeja a una silla y que según la tradición oral, la virgen se sentó. Desde el collado subimos fácilmente al cercano Arriurdin (Biozkorna) donde encontramos un gran mojón rocoso y un buzón con forma de rastrillo en su cima. Seguimos en dirección NO por terreno herboso y tras un corto descenso pasamos junto a la borda de Burgolaitz. El camino por el que vamos transcurre ahora por pastizales a media ladera, por la vertiente sur de la Sierra de Aloña; Herrikoaitz, Akaitz, Buetraitz, Kurtzezar. Poco a poco vamos ganando altura para salir a la altura del monte Gogormedi donde se encuentra la Cruz de Aloña, el monte más popular y emblemático de la Sierra de Aloña aunque no el más alto. Comenzamos el descenso hacia Oñate, mil metros por debajo nuestro, siguiendo la cresta herbosa por un marcado sendero junto a una alambrada. Descendemos rápido y por fin llegamos a una cota donde dejamos atrás la niebla. El monte Anboto y el Udalaitz destacan en la lejanía entre tanta montaña mientras bajamos. Pasamos por la cima de Belar/Belauko desde donde hay una buena panorámica de Oñate. Cerca hay un pequeño repetidor y unas bordas. Bajamos por la loma hasta llegar a las casas de Urtiagain, en la carretera de subida a Aranzazu. Hacemos una buena parada en el bar Urtiagain y aprovechamos para reponer los líquidos y lípidos perdidos en día. Después de una buena charla y echar unas risas con Carlos, el camarero, proseguimos nuestro camino hacia Oñate a través del barrio de Garagaltza. Tras llegar a Oñate lo primero que hacemos es buscar la parada del autobús para ir a Zumarraga donde cogeremos el tren de vuelta a Donostia. Pero como todavía tenemos bastante tiempo hasta que el bus venga, buscamos un centro de hidratación a base de zumo de cebada en el centro del pueblo que satisfaga nuestras necesidades. Lo encontramos!!!
Día 2 (sábado 30 de agosto de 2014):
Con las primeras luces nos levantamos y nos ponemos en marcha. Dejamos el refugio con toda la tropa de chavales que han estado buena parte de la noche en la ermita de litrona y de fumata. El panorama fuera no ha mejorado nada respecto al día anterior, seguimos con niebla y una ligera lluvia. Me da un poco de rabia porque tengo que guardar la cámara pero bueno, es lo que hay. Con este tiempo, y para no ver nada, decidimos bajar a la fonda de Urbía y ya de paso darnos algún homenaje tomando algo caliente. La cresta, esa preciosa cresta, se quedará como asignatura pendiente y espero, más bien pronto que tarde, aprobarla con nota. Bajamos con cuidado hasta llegar a la majada de Arbelar, mirando donde ponemos los pies, encajando las botas entre piedra y piedra, más que nada para evitar culazos, y es que el camino está muy resbaladizo de lo pulidas que están las piedras de tantos montañeros que han pasado. Ya en la parte baja entramos en los prados de Urbia y podemos relajarnos un poco sin tener que estar todo el tiempo mirando al suelo. Ante nosotros surge una hilera de árboles que forman una linea recta. Beltri me comenta que esos árboles te guían hasta la fonda, así que yo, por donde mande el maestro. Seguimos con la niebla pero por estas cotas más bajas vamos viendo un poquito más. El camino entre estos árboles, pisando hierba y con la niebla me resulta una maravilla. Cruzamos una pequeña regata, el arroyo de Urbia, y seguimos otra hilera de árboles que salen por nuestra izquierda; enseguida, poco a poco, va apareciendo entre la niebla la fonda. Hacemos una buena parada y la aprovechamos bien para coger fuerzas; cafecito, bocata, cerveza... Llenamos las botellas de agua en la fuente que hay fuera de la fonda y con la tripa caliente nos ponemos en marcha hacia la Sierra de Aloña. Primero nos acercamos a ver la ermita de Nuestra de Señora de Aranzazu que se encuentra muy cerca de la fonda. En unos minutos estamos en la ermita sacando fotos como posesos... y eso que somos ateos gracias a Dios. Tras la visita de la ermita nos encaminamos hacia el collado Iparbakoitz en dirección NO siguiendo un sendero por la faldas del Gorostiaran y Enaitz. En un momento dado la niebla comienza a levantar y el prado de Urbia queda visible con el cresterio de fondo arropado en una nube. El paisaje que tenemos es espectacular. Sacamos algunas fotos de este momentazo que no dura mucho porque poco después la niebla vuelve a apoderarse de Urbia. Seguimos por un sendero por el paraje de Infernuaitz hasta llegar a un punto donde encontramos una señal metálica que indica la dirección hacia la cima del Artzanburu. Seguimos la indicación y nos encontramos que el camino esta marcado por una serie de mojones cada pocos metros que en días como el que hoy de niebla ayudan mucho a guiarte. Poco a poco vamos subiendo hasta llegar al casco rocoso. Encontramos algunas marcas rojas que las seguimos y damos con la cima del Artzanburu coronada con un buzón , un pequeño altar con una rana dentro de una casa y un vértice geodésico. Descendemos por la vertiente norte hacia el collado de Biozkorna, límite natural de las sierras de Aizkorri y Aloña, por terreno kárstico. La bajada es lenta porque el terreno es kárstico y no muy cómodo. Una vez abajo buscamos la famosa Silla de la Virgen (Amabirijinaren Sillea), una piedra que, echándole un poco de imaginación, se asemeja a una silla y que según la tradición oral, la virgen se sentó. Desde el collado subimos fácilmente al cercano Arriurdin (Biozkorna) donde encontramos un gran mojón rocoso y un buzón con forma de rastrillo en su cima. Seguimos en dirección NO por terreno herboso y tras un corto descenso pasamos junto a la borda de Burgolaitz. El camino por el que vamos transcurre ahora por pastizales a media ladera, por la vertiente sur de la Sierra de Aloña; Herrikoaitz, Akaitz, Buetraitz, Kurtzezar. Poco a poco vamos ganando altura para salir a la altura del monte Gogormedi donde se encuentra la Cruz de Aloña, el monte más popular y emblemático de la Sierra de Aloña aunque no el más alto. Comenzamos el descenso hacia Oñate, mil metros por debajo nuestro, siguiendo la cresta herbosa por un marcado sendero junto a una alambrada. Descendemos rápido y por fin llegamos a una cota donde dejamos atrás la niebla. El monte Anboto y el Udalaitz destacan en la lejanía entre tanta montaña mientras bajamos. Pasamos por la cima de Belar/Belauko desde donde hay una buena panorámica de Oñate. Cerca hay un pequeño repetidor y unas bordas. Bajamos por la loma hasta llegar a las casas de Urtiagain, en la carretera de subida a Aranzazu. Hacemos una buena parada en el bar Urtiagain y aprovechamos para reponer los líquidos y lípidos perdidos en día. Después de una buena charla y echar unas risas con Carlos, el camarero, proseguimos nuestro camino hacia Oñate a través del barrio de Garagaltza. Tras llegar a Oñate lo primero que hacemos es buscar la parada del autobús para ir a Zumarraga donde cogeremos el tren de vuelta a Donostia. Pero como todavía tenemos bastante tiempo hasta que el bus venga, buscamos un centro de hidratación a base de zumo de cebada en el centro del pueblo que satisfaga nuestras necesidades. Lo encontramos!!!
Tracks del recorrido:
Otzaurte-Aratz-Aizkorri
Aizkorri-Urbia-Aloña-Oñate
Salimos de Donostia destino Alsasua; parece que el tren ya no para en Otzaurte así que toca buscarse la vida. Por suerte, un amigo de Beltri, Javier, al que desde aquí le doy las gracias, nos espera en Alsasua y amablemente se presta a acercarnos hasta la venta de Otzaurte (foto).
Indicaciones junto a la venta.
Otzaurte: nuestro punto de salida en esta travesía.
Nosotros dirección al collado de Ultzama
La idea del primer día de travesía es subir al Aratz, bajar a San Adrián y visitar un poco esa zona para después subir al Aizkorri. Beltri me comenta que la subida al Aratz, la más bonita que conoce, es siguiendo el balizado de puntos amarillos del maratón Zegama-Aizkorri que transcurre por los montes de la Sierra de Altzania.
Aprovechamos cualquier detalle para darle a la cámara
Llegamos al collado de Ultzama. Este es el panorama que se respira por la zona alta: el monte Umandia queda sumido en la niebla mientras que el monte Iramendi (a la derecha de Beltri) parece librarse de momento.
Bajamos por Sagastieta donde se encuentra la borda Sagastieta.
Loma norte del monte Iramendi.
Vistas desde las Chabolas de Iramendi
Chabolas de Iramendi.
¡Que curiosas son las ovejas! Con lo tranquilas que estaban y vienen estos dos...
Artamugarri de Larrebil 2
Artamugarri de Larrebil 2
¡¡Entramos en la niebla y el bosque se pone espectacular!!
Un poco escondido por los helechos llegamos al artamugarri de Larrebil.
Tiene una cruz grabada en una de sus caras.
Artzanzuloadana: pequeño término entre Allaitz Txiki y Atabarrate. Artzan-zulo-adana:valle del agujero del pastor(menos probable del oso). Su nombre quizás proceda de la cueva de Atabarrate, pequeña galería en rampa descendente de 2,5 m. de altura por 3 m. de anchura, y diez de larga).
En Mendikat, sobre el monte Allaitz Txiki, se comenta lo siguiente: "Cerca de Atabarrate hay una pequeña cavidad de una decena de metros de profundidad en el término de Artzanzuloadana y que parece ha servido de cobjijo a pastores y rebaños.". Creemos que se trata de esta cueva.
Estaca indicando el nombre del paraje muy cerca de la cueva.
Un precioso camino sube hacia el puerto de Atabarrate pero nosotros lo abandonamos en unos metros.
Me llama la atención la cantidad de telarañas que hay en lo que creo que es brezo. En cada telaraña quedan atrapadas multitud de gotas de agua.
Nos internarnos en otro mundo, un mundo de fantasia. ¡¡¡¡Pasen y vean!!!!
Pasillos entre roca caliza.
y la niebla que hace que el paisaje sea aun más mágico.
más pasillos
y tras esta subida se llega al portillo de Aratzarte
portillo de Aratzarte.
Subiendo al Aratz.
Siempre siguiendo los puntos amarillos.
Últimos metros
Monte Aratz. Su buzón.
El vértice geodésico. Como veis no se ve tres en un burro.
Elurzuloak (1.431 m.) es la antecima de Aratz situada sobre Las Neveras y coronada por un atractivo buzón con forma de laia.
Mira que son curiosas...
Bajando hacia San Adrián. Indicadores en el camino.
Volvemos a quedarnos maravillados al internarnos en el bosque.
No se ve mucho pero llegamos a una zona donde hay alguna borda. Nos encontramos en Portugaña.
Indicador en Portugaña.
Llegamos a Eskaratza donde se encuentra la fuente de Eskaratza. La idea era rellenar nuestro grupo de hidratación para que nos durara también el día de mañana pero nos encontramos a esta vaca sorbiendo, y de que manera, el poco agua que tiene. Se nos hace raro no encontrar agua aquí pero es lo que hay; el caso es que la fuente está sin agua y lo que queda nos nos sirve ya que la vaca la ha dejado muy sucia.
A los pocos metros de la fuente se encuentra la calzada de San Adrián.
En este estado ha dejado la vaca la fuente de Eskaratza.
Seguimos por la vieja calzada medieval en dirección al paso de San Adrián.
A pesar de tener poca visibilidad, lo poco que vemos resulta muy bonito. Me digo a mi mismo que he de volver con mejor tiempo y ver de nuevo este recorrido. ¡¡Sin duda las vistas tienen que ser una pasada!!
Indicadores a mitad de camino entre Eskaratza y San Adrián. Aquí nos fijamos en el indicador del mirador de San Adrián. Más tarde volveremos hasta este punto y subiremos al mirador.
Llegando al paso de San Adrian.
Llegamos a San Adrian:
Los primeros en atravesarlo fueron los pastores trashumantes de la Edad del Bronce, que recorrían con sus rebaños las praderas de Aizkorri y Urbia. Es probable que los romanos tendieran una calzada a través del túnel -o por el cercano paso de Otzaurte-y por ahí entró el mundo mediterráneo: el aceite, el vino y el pan de trigo; el latín, la fe cristiana y la idea de construir ciudades. La calzada que hoy vemos data del siglo XI, cuando el tráfico de peregrinos convirtió el túnel de San Adrián en hito jacobeo y entrelazó el valle del Oria con la trama de caminos de la Europa medieval.
La ruta alcanzó su apogeo a partir del siglo XIII, al convertirse en la autopista que conectaba el reino de Castilla con sus posesiones en Flandes y con el resto del continente. Bajo el túnel pasaron caravanas de comerciantes, miles de peregrinos, embajadores europeos, altos cargos eclesiásticos y hasta un emperador. En el XVIII se trazó la nueva Carretera Real por Arlaban y el valle del Deba, un paso menos brusco que el de San Adrián, y el túnel quedó fuera de las rutas. (fuente: http://www.diariovasco.com/20070816/gente/adrian-boca-tiempo-20070816.html)
La antigua Casa de los Mikeletes donde se cobraban los tributos y se controlaban las mercancías que entraban en Gipuzkoa por la Calzada de San Adrián. Aquí había una fuente con el grifo cerrado. Conseguimos abrirlo pero como salía el agua turbía tuvimos que descartarla.
También sirvió de refugio de montaña pero lleva varios años cerrado.
Ahora nos acercamos a ver la ermita de Sancti Spiritu que está un poco más arriba de la Casa de los Mikeletes.
Ermita de Sancti Spiritu:
La tradición une su origen a los templarios, lo que no es de extrañar si se tiene en cuenta el emplazamiento que ocupa. Hoy en día es una ermita reducida, frecuentada por pastores y excursionistas, sin signos aparentes de haber sido un centro importante de las órdenes militares. En otros tiempos, sin embargo, fue un hospital para los peregrinos, y un ermitaño se encargaba de socorrer allí a los niños que tardan en hablar. (fuente: http://zegama.net/patrimonio-cultural-sancti-spiritu.php)
Muy cerca de la ermita, un trineo como homenaje a un fallecido. Al parecer el tal Joxepe debía de rezar primero en la ermita de Sancti Spiritu y después se tiraba en trineo hacia la Casa de los Mikeletes. Para algunos debía de ser una locura.
Inscripción en el trineo
Volvemos hacia la túnel.
El camino está bastante pulido y hay que andar con cuidado dado que es fácil resbalar cuando esta mojado. De hecho, hay una cadena para evitar resbalones.
Cruzamos el túnel y nos dirigimos al punto donde estaba el poste con las indicaciones hacia el balcón de San Adrián para visitarlo.
El sendero resulta ser una chulada. Es una subida corta pero con mucho encanto.
En el mirador. Mirar, lo que se dice mirar ya miramos, pero ver, lo que se dice ver, no vemos ni hostias!!. Bueno pues como es la hora más o menos de comer aprovechamos para hacer lo propio.
Y después de comer volvemos a la calzada. Indicadores del SL-GI 3003 mientras volvemos.
Nos ha gustado mucho, mucho este pequeño tramo hasta el mirador. Pasa por una zona espectacular.
Un puente de madera, bastante nuevo por cierto, que salva una gran grieta profunda.
Es una pena, pero cuando comenzamos a subir por el calvario hacia Aizkorri, comienza a llover y tengo que guardar la cámara. En la subida hay que ir prestando atención donde se pisa para evitar resbalones. Volveré a sacar la cámara una vez superado el hayedo.
y este es el panorama que tenemos por la parte alta.
Llegamos al refugio de Aizkorri, nuestro hotelito para esta noche.
La ermita esta junto al refugio.
pero lo primero es lo primero y nos acercamos hasta la cima de Aizkorri. Nos sacamos la foto pero para abajo echando leches porque aquí se está mal, hace rasca, llueve y no vemos un carajo.
para no perder la fe
Buzón en la cima de Aizkorri.
De momento estamos solos en el refugio así que empezamos a acomodarnos. Más tarde llegará un buen grupo de chavales jóvenes y al final del día nos juntamos cerca de doce personas. Después de cenar al saco con la esperanza de que a la mañana tuviéramos mejor tiempo.
Ermita de Santo Cristo en la cima del Aizkorri
Refugio de Aizkorri, nuestro hotel para esta noche.
Esta hilera de árboles nos guian hacia la fonda.
Indicador hacia el Artzanburu
Siguiendo los mojones en la niebla.
Cima de Artzanburu con la rana en el altar y el buzón detrás.
Bajando por la vertiente norte del Artzanburu, hacia la Silla de la Virgen en el collado de Bioskorna.
Con tanta piedra y la niebla nos ha costado un poco dar con la Silla de la Virgen.
Indicaciones en el collado de Biozkornia
Cima del Arriurdin / Bioskorna
Llegando a la Cruz de Aloña situada en el monte Gorgomedi
Su buzón
Bajando hacia Belar
Salimos de la niebla.
Una borda modernita y curioso el muro que la rodea
Mirada atrás.
Llegamos a Belar o Belauko con Oñate al fondo.
Buenas vistas de Oñate desde Belar
La linea de cresta por donde hemos bajado vista desde Belar
Un pequeño repetidor cerca del buzón de Belar. Al fondo el monte Anboto entre nubes y por la derecha el magestuoso Udalaitz
Udalaitz
Bajando hacia Urtiagain con la Sierra de Zaraia enfrente
Por el paraje de Urdanbideta, poco antes de llegar a Urtiagain
Salimos del Parque Natural de Aizkorri-Aratz
Llegando a Uteagain
Buena parada y bien aprovechada.
Sierra de Zaraia con el Okartzategi a la derecha
LLegamos al barrio de Garagaltza desde donde vemos que el Aloña sigue sumido en la niebla.
Barrio de Garagaltza.
Y el centro de Oñate muy cerca
Universidad de Oñate.
Vieja locomotora junto a la estación.
Portada barroca de la Iglesia de San Miguel
Torre neoclásica (Iglesia San Miguel)
Ayuntamiento de Oñate.
Y mientras esperamos al bus que nos lleve a Zumarraga aprovechamos para rehidratarnos.