Esta vez nos vamos al pequeño pueblo de Ainhoa, en el territorio de Lapurdi (Francia). La idea es hacer una pequeña circular y conocer un par de cimas que son emblemáticas en esta zona: Saporro y Errebi; pertenecientesal macizo de Mondarrain. En Ainhoa no hay problema para aparcar ya que cuenta con varios aparcamientos bastante majos donde dejar el coche sin ningún tipo de coste.
Track para GPS:
Llegamos a primera hora de la mañana y, obviamente, no hay nada abierto asi que directamente nos preparamos y salimos. A la vuelta ya nos daremos una vuelta por el pueblo. En este pueblo habré estado unas tres veces y una de las veces fue haciendo el Camino de Baztán que nos quedamos a dormir en un camping. Tengo buen recuerdo de aquella ruta. El pueblo, al igual que otros pueblos vasco-franceses, es una preciosidad.
A lo dicho, dejamos el pueblo y nos dirigimos hacia la pequeña carretera que sube al Calvario de Aihoa, un lugar muy especial para la gente de aquí y muy bonito.
Pasamos junto al Chapelle de Saint Joseph
Enseguida damos con la carretera que sube al Calvario y a Arantzako Kapera (Capilla de Aranzazu).
Una fuente al final de la cuesta por si algún despistado se le ha olvidado rellenar su botella de agua.
Enseguida llegamos a una bifurcación y abandonamos la carretera que asciende al Calvario para continuar por el camino de la derecha.
Todas estas marcas son para que te vuelvas loco.
Hemos ganado un poco de altura y tenemos la primera panorámica de Ainhoa. Hoy tenemos una mañana fresquita y algo brumosa.
Más adelante dejamos a nuestra izquierda una pequeña cantera.
Y enseguida salimos a la carretera principal que une Dantxarinea con Ainhoa. Lo que hemos hecho vieniendo por este camino es evitar esta carretera. Junto a la carretera vemos un precioso cobertizo.
Apenas caminamos unos metros junto a la carretera y enseguida nos desviamos a la izquierda para bajar e internarnos en un pequeño vallecito por el 'Murruaeneko Bidea'
Pasamos por la casa de Murruaenea.
¡¡¡ Ostia !!!, un Reanault 4L (el cuatro latas) de color pistacho. Esto viene siendo una joya sobre ruedas. Coche duro donde los haya fabricado cuando la obsolescencia programada no existia.
Pasada la casa el camino se bifurca. Nosotros tenemos que seguir junto a a la regata por lo que tomaremos el camino de la derecha.
De todas manera el camino de la izquierda parece que es zona privada y tiene una señal de prohibido el paso.
Otra joya rural sobre ruedas. Este tiene pintas de no funcionar por el estado en que se encuentra aunque vete tú a saber.
Como he comentado antes, continuamos junto a la regata por el vallecito el cual desconozco su nombre. He mirado la cartografia de esta zona y no he logrado dar con el nombre. Una zona muy bonita.
Más adelante, al llegar a la altura de una borda hay que cruzar la regata e ir por el camino que pasa junto a la borda.
La borda desde otra perspectiva.
Este sendero nos llevará sin pédida hasta el Collado Erramuntenborda (346 m) (el collado que vemos al fondo en la foto).
Mirada atrás donde vemos el marcado sendero por el que venimos en suave ascenso.
Indicador en el collado.
Collado Erramuntenborda. Nosotros veniamos por el barranco de la derecha y hemos salido a la altura de esos coches que vemos en el collado.
Desde el Collado Errantenborda tenemos casi 200 metros de desnivel hasta alcanzar el Col des trois croix (512 m) (collado de las tres cruces). Desdeaquí vemos una de las cimas por las que luego vamos apasar: Errebi.
Por nuestra derecha, siguiendo el cordal, vemos el roquedo puntiagudo que es la cima de Soporro (cima anteriormente conocida como Atxulegi).
Por ahí arriba parece que hay cazadores.
Pues si, son cazadores. Ese estaba de vigilancia.
Parece que ya llegamos al collado.
Indicador en el collado.
Puesto de caza en el cordal. Ahora toca un último esfuerzo para alcanzar la cima de Soporro. Por aquí arriba corre un poco de viento y muy agradable no es que se esté.
Parece que es una batida de jabalis por el cartel que han puesto.
Cruz de metal en el collado.
Una pena el tema de las vistas ya que tenemos metida la nube.
Con un poco de esfuerzo y sin mucha complicación llegamos a la cima de Soporro.
Soporro (616 m). Cima del macizo de Mondarrain.
Y ahora toca bajar de nuevo al Col des trois croix. Este es el panorama que tenemos por nuestra derecha con la nube metida.
De vez en cuando parece que la nube nos da algo de tregua y nos deja ver lo que tenemos por delante.
La siguiente cima, Errobi, está batante cerca del collado.
El collado visto desde la subida a Errebi.
Cima de Errebi (583 m).
Ahora vamos a bajar a ese pequeño tontorro que tenemos delante. Desde ahí tenemos que tener buenas vistas.
Efectivamente, llegamos al tontorro donde hay un pequeño roquedo y tenemos una magnífica vista. Pena de foto con la bruma que hay.
El pueblito de Ainhoa. Desde aquí vemos los dos aparcamientos grandes que hay, uno a la izquierda y otro en el centro.
Desde este pequeño roquedo vemos también el Calvario de Ainhoa a donde vamos a ir ahora mismo.
Tirando de zoom vemos la Capilla de Aranzazu, el Calvario y una serie de estelas discoidales junto a las cruces.
Descendiendo hacia el Calvario.
Atrás dejamos el roquedo donde acabamos de estar (a la izquierda) y el camino de bajada.
Indicador el Calvario de Ainhoa.
Las estelas discoidales.
Una fuente junto a la capilla.
Este es un buen sitio para almorzar ya que tenemos agua y bancos.
La tortilla de patatas que no falte.
Vista del pueblo de Ainhoa desde la capilla.
Y con la barriga llena toca ir bajando que no hemos ganado unas birras.
Otra imagen mñas del bonito pueblo de Ainhoa.
Y llegamos al pueblo. Y es domingo. Y está todo cerrado. ¿Y ahora que pasa con nuestras birras?. Deciros que el pueblo de Ainhoa fue una antigua bastida con una única calle principal. Está considerado como uno de los pueblos más bonitos de Francia.
Las casas blancas con una arquitectura local del siglo XVII y XVIII con entramados de madera de color rojo, muy típicas de esta región, hacen que el pueblo sea muy bonito y tenga su encanto.
La iglesia de Ntra Sra. de la Asunción.
El cementerio adosado a la iglesia. Esto viene a ser bastante común en los pueblos vasco-franceses. Los cementerios son bonitos de ver y merece la pena darse una vuelta.
El interior de la iglesia.
El frontón, otro elemento que no falta en los pueblos vasco-franceses.
Y nuestro bar cerrado. Bueno... decidimos que nos vamos a ir a ver el pueblo de Espelette, que no está muy lejos y además no conocemos, y allí seguro que nos dan de beber que es más grande y tendremos más opciones.
Espero que os haya gustado la ruta.
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