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domingo, 1 de marzo de 2020

Aizpearro, el anfiteatro mágico de Basajaun: una ruta por Aralar

Hace unos meses, mientras esperaba en un polideportivo de Donostia, cayó en mis manos el número 95 de la revista Txantxangorri. Entre sus páginas apareció un artículo que me dejó con la boca abierta: “Aizpearro, el anfiteatro mágico de Basajaun”. El autor: Alberto González, alias ‘el Basozaina’. Como no podía ser de otra manera, me lo leí de tirón. Y bueno… ya sabéis cómo es esto: culo veo, culo quiero.

Al llegar a casa, empecé a investigar, pero no había mucho. Alguna reseña en Mendikat y una ruta circular en Wikiloc que pasaba por diferentes arkuek, incluyendo Aizpearro. Con las fotos satelitales de Google Maps ya tenía más o menos ubicado el sitio, y el track me sirvió para confirmarlo al 100%. Solo quedaba esperar el momento perfecto.

Ese momento llegó días después, al coincidir con Eneko, un amigo y amante de Aralar desde niño. Le hablé de Aizpearro y le mandé una foto del artículo por WhatsApp. Su respuesta me dejó flipando: conocía el lugar de pequeño, su padre se lo enseñó, y había ido varias veces. Para rematar, me mandó un video suyo del lugar. No cabía duda: aquel era el sitio que quería conocer. Quedamos en hacer la ruta, y el domingo pasado fue el gran día. ¡Y menuda jornada! Fresco, cielo limpio, visibilidad espectacular y una temperatura ideal para caminar.

Partimos en coche hasta el parking de Guardetxe, con la idea de hacer una mañanera y luego bajar a Lekunberri a comer. La ruta iba a ser sin track: primero Aizpearro, luego subir a Irumugarrieta, bajar al refugio de Desao, pasar por Pagomari y volver a Guardetxe. Al final nos dejamos llevar y salió una vuelta más larga, con unas cuantas cimas extra de regalo.

La ruta

Salimos del parking y tomamos la ancha pista hacia Igaratza. Luego nos desviamos por un antiguo camino que evita algo de asfalto. Pasamos junto a la sima de Beingo Lezea, de unos 80 metros de desnivel, protegida por un pequeño muro.

Continuamos por la vertiente oeste del monte Eurlatz, hasta llegar a Pago-Mari o Intzazelai, un lugar emblemático de Aralar. Eneko me contó que antes aquí llegaban coches, pero muchos montañeros no querían y a veces… bueno, pinchaban ruedas.

Nos internamos un tramo por el monte hasta lo que queda de la legendaria haya de Pagomari. Solo queda la base del tronco y las raíces, pero la leyenda perdura: una joven llamada Mari murió bajo aquel árbol por esperar a un seminarista que nunca apareció. Menudo misterio.

Seguimos por un cómodo camino hasta la sima de Igaratza, luego un paso entre rocas y terreno kárstico espectacular. Desde aquí asoma el monte Aparein y, un poco más adelante, lo que fue la borda de Martxo. Decidimos subir al Atxispuru antes de dirigirnos a Aizpearro.

La subida a Atxispuru es sencilla, entre piedras pero sin peligro, y la cima regala unas vistas tremendas: Putxerri, Uarrain, Pardarri, Aldaon, Irumugarrieta y Beldarregi. Desde aquí bajamos hacia el colladito que nos lleva a la entrada de Aizpearro, nuestro objetivo principal.

Aizpearro

¡Qué lugar! Nada más llegar me quedé boquiabierto. Rediles de piedra, una enorme bóveda de roca que domina la dolina, restos de la chabola de Usaldezarra… y el arkue de Aizpearro, casi intacto. Alberto González describe los arkuek como más que simples viviendas pastoriles: su estructura de falsa bóveda permite que el fuego sea seguro en su interior.

Bajamos al fondo de la dolina, pasamos por un agujero hacia otra dolina, subimos por la bóveda y nos sentimos en un lugar mágico, como una ola petrificada. Prometo que volveré muchas veces.

Tras despedirnos de Aizpearro, subimos a Desaomendi, disfrutando de vistas hacia Txameni, Artxueta, Beriain, Irumugarrieta y Unaga. Desde ahí pusimos rumbo a Irumugarrieta, atravesando praderas y subiendo por terreno fuera de sendero hasta el collado de Arrizarretagaña. El día estaba tan claro que hasta vimos los Pirineos al fondo.

Irumugarrieta nos regaló unas panorámicas brutales, y como todavía nos quedaba energía, subimos a Beldarregi, la cuarta cima más alta de Aralar. La recompensa: un mar de montes, campas de Unaga y la sensación de estar en el corazón de la sierra.

El descenso nos llevó por la línea de muga Gipuzkoa-Navarra, pasando por collado Trikuharri con su dólmen, el refugio de Igaratza, y un par de dólmenes más (Otadi y Albia). Eneko me enseñó un bonito sendero hacia Albi, rodeado de bosque, y paramos en el área de Kapatar para descansar junto a su fuente.

Finalmente, regresamos a Guardetxe. El lugar sigue siendo un remanso de paz, con ruinas de la antigua casa forestal y un entorno que respira historia y naturaleza. Políticos aparte, ¡qué maravilla de día!

Track para GPS:



Fotoreportaje:


Desde el parking de Guardetxe cogemos la ancha pista que se dirige a Igaratza.


Dejamos la pista y cogemos el antiguo camino que va paralelo a la pista y evita algo de asfalto durante un tramo.


Pasamos junto a la sima de Beingo lezea, la cual tiene un desnivel de unos 80 metros.


La entrada de la sima. Las simas que están cerca de los caminos tienen un pequeño muro de protección para evitar desgracias.


La pista pasa por la vertiente oeste del monte Eurlatz.


Al fondo, después de la curva, Pago-Mari. Lugar emblemático de Aralar.


Pago-Mari o Intzazelai. Aquí hubo un parking, bueno, el parking sigue existiendo pero ya no llegan los coches, se quedan en Guardetxe. Me cuenta Eneko que eran muchos los montañeros que no querían que hasta aquí llegaran los vehículos y algunos solían poner tachuelas a las ruedas de los coches para pincharlas.


Nos salimos de la pista y atravesamos un corto tramo a través del monte. Me dice Eneko que vamos a ver lo que queda del haya de Pagomari que tiene su leyenda.


Vista del monte Berian.



Pagomari: Era una corpulenta haya, situada en una planicie de Aralar llamada Intzezelai. Se secó y ahora no quedan de ella más que la base de su tronco y raíces. He aquí una versión de la leyenda cuyo recuerdo nos ha llegado asociado a Pagomari: "En un tiempo no se podían dejar solas las ovejas en el monte, porque había lobos. Y cuando los hombres se veían obligados a trabajar en el pueblo, en sus casas, las mujeres apacentaban los rebaños. En cierta ocasión una joven -Mari- hacía de zagala en Intzezelai. Yendo de Gipuzkoa a San Miguel, unos jóvenes seminaristas vieron a la joven. Cuando volvieron a su tierra, uno de ellos dijo que no quería hacerse cura y subió a Intzezelai a acompañar a Mari. Cuando ambos apacentaban las ovejas empezó a tronar y se cobijaron bajo una copuda haya de Intzezelai. Y vino un rayo y mató a ambos. Desde entonces esa haya tiene por nombre Pagomari). La leyenda precedente me fue referida en Aralar por José Zufiaurre, vecino de Lizarrusti, el 30 de diciembre de 1965. Pero existen otras versiones de la misma. En una de ellas se dice que Mari era una zagala que cuidaba sus ovejas en Aralar durante un verano. Un joven seminarista pasó por Intzezelai y allí conversó con Mari. Al despedirse, se dieron la palabra de volver a verse en el mismo lugar el próximo día 24 de diciembre. Mari subió a Intzezelai el día señalado; pero no el seminarista. Aquélla aguardó debajo de una corpulenta haya durante días. Una tempestad de nieve sobrevino y allí, yerta de frío y de desamparo, murió la desdichada joven. De su nombre tomó el suyo el haya."

José Miguel de BARANDIARÁN


Seguimos por el cómodo camino.


Llegamos a la sima de Igaratza.


Un poco más adelante tenemos un bonito paso entre rocas.


Terreno kárstico. ¡Que maravilla!.


Por nuestra izquierda asoma el monte Aparein/Aparaingain.


A la altura del camino que baja a la majada de Ormazarreta.


Por la derecha vemos en la parte alta lo que fue la borda de Martxo.


El camino pasa por la arista oeste (O) del monte Atxispuru. Dada la cercanía de Aizpearro a este monte decidimos subir a su cima desde aquí.


Subiendo Atxispuru. La subida es muy fácil, entre piedras pero sin peligro.


Eneko en la cima de Atxispuru.


Vista desde la cima de Atxispuru. En frente la cima rocosa del monte Putxerri. En la linea hacia Putxerri, en la hondonada, la majada de Ormazarreta.


La pista que hemos abandonado y que conduce a Igaratza. En frente y al fondo el Uarrain y Pardarri.


En frente el Aldaon, Irumugarrieta y Beldarregi


Bajamos de Atxispuru por la vertiente este (E) al paraje Allapuiturri. Vamos hacia el colladito. Detrás del collado, a un centenar de metros, está la entrada a la depresión de Aizpearro.


Mirando atrás la vertiente este (E) del roquedo de Atxispuru.


Llegamos a la entrada de Aizpearro. Que ilusión me hace. Aquí me voy a explayar con las fotos. Este era el objetivo principal, conocer este rincón.


Hay algunos rediles de piedra en la entrada.


Comenzamos a bajar. El lugar es espectacular. Vemos la gran bóveda de piedra.


A medio camino, por nuestra izquierda se encuentran los restos de la chabola de Usaldezarra.





Frente a la entrada de la chabola se encuentra el arkue de Aizpearro. Está muy bien conservado. Se ruega no entrar.


Alberto Gonzalez "Basozaina" dice en su web: "Los Arkuek de Aralar son una serie de chabolas cupulares situadas en el entorno de las abundantes majadas pastoriles de la Sierra. Los Arkuek tienen forma y estructura cupular, pero están construidos con la técnica de falsa bóveda o rebase. ¿Porqué son de piedra los Arkuek y no por ejemplo de madera, o mixtos? La respuesta es sencilla, ya que si fueran de madera, los incendios tarde o temprano devorarían las construcciones (Labeaga, 1979). Esto proporciona una pista muy importante, en el interior de los Arkuek, era habitual el fuego, para cocinar, para calefactar, para producir. Los Arkuek parecen decirnos que son algo más que una humilde, primitiva y simple vivienda provisional de pastores."



El anfiteatro de Aizpearro.


Otro hermoso redil en el centro de la dolina.


Una gran bóveda de roca domina la dolina. En la parte inferior hay una agujero por donde se accede a otra dolina. Es posible acceder a la dolina trasera por la parte izquierda. De echo nosotros pasamos por el agujero y regresamos por la parte izquierda (según esta foto).


El redil en el fondo de la dolina visto desde la bóveda.


Algo mágico si tiene este lugar. Es alucinante. Parece una ola petrificada.


Una pequeña oquedad en la roca.


Hemos pasado bajo el agujero y nos encontramos en la dolina trasera. Vamos a ver si hay algo interesante por aquí.


Subo a la parte alta del arco de piedra y veo el redil.


La entrada de Aizpearro desde arriba.


Eneko subiendo a la parte alta de la bóveda. Luego bajaremos a la dolina por la parte de la derecha. Se baja bien, sin agobios.


la dolina trasera.


Otra perspectiva de la bóveda.


Dejamos este precioso lugar al que seguro regresaré más veces.


Frente a la entrada de Aizpearro esta la ladera sur del monte Desaomendi. Vamos hacia su cima.


La entrada de Aizpearro desde la ladera del Desaomendi.


El amigo Eneko y su perrita Dru en la cima de Desaomendi.


Abajo el refugio de Desao y el monte Txameni (centro). Detrás el monte Artxueta (izquierda) y Beriain (derecha).


Por el norte el macizo de Irumugarrieta.


Por el este las campas de Unaga.


El Artxueta y sus antenas. Abajo el refugio de Desao.


Por el oeste Aratz-Aizkorri.


Por el noroeste asoma el Anboto.


Buzón del Desaomendi.


Placa en la cima.


Bajamos hacia el collado de Urrutiko lurriña (Desaomendi-Desaomenditxiki) y ponemos rumbo hacia Irumugarrieta.


Atravesamos la bonita pradera que parece una alfombra de hierba.


Vamos a subir a las bravas fuera de sendero aunque el camino es evidente.


Subiremos al collado de Arrizarretagaña (la pequeña V que se ve en la foto) que queda entre Irumugarrieta y Beldarregi.



Los Pirineos a lo lejos, desde el Ori al Collarada. Hoy teníamos muy buena visibilidad. Si no hay buena visibilidad recomiendo subir por el camino tradicional. Este es un camino que hay que andar mirando al suelo y buscando el mejor paso. No tiene peligro pero sin visibilidad no merece la pena.


La cima, aunque se ve cerca, todavía queda.


La subida es preciosa. A pesar de haber mucha piedra se sube bastante bien.


Una vez en el collado las vistas son magníficas. Abajo el valle de Araitz con sus pueblecitos.


La cima de Irumugarrieta está a unos 320 metros desde el collado.


El Balerdi al final de la Malloa


Valle de Araitz.


Dada la cercanía de la cima de Beldarregi/Beldarri optamos por subirla. Esta es la cuarta cima más alta de la Sierra de Aralar.


De Irumugarrieta al Balerdi vista desde Beldarregi. Tengo pendiente la travesía de la Malloa. Todo se andará.


Vista hacia la campas de Unaga con el Beloki y Txorrotxeta y Txameni al frente.


Muy bonito el mar de nubes sobre los montes navarros.


Gaintza y Uztegi en el valle de Araitz.


Afrontando los últimos metros de subida del Irumugarrieta.


Con el día tan bueno que ha salido está muy concurrida la cima.


Vista desde la cima hacia el Txindoki que nos enseña la puntita. Pardarri, Ganbo, Aldaon...


Aldaon, Urakorri, Artubi, Balerdi...


Eneko y yo en la cima de Irumugarrieta, también conocida como Intzeko Dorrea, Soilazbizkargaña, Elkomuts. Esta es la cima más elevada de la Sierra de Aralar.


Buzón.


Todo esfuerzo tiene su recompensa. No pidáis que no os voy dar.


Bajamos del Irumugarrieta por el camino normal. Pasamos la linea de muga que separa Gipuzkoa de Nafarroa.


Desaomendi y Putxerri por delante.


LLegamos al collado Trikuharri donde se encuentra el dólmen homónimo.


Nos dirigimos a los refugios de Errenaga (Igaratza). Queremos coger agua y vamos hacia la fuente de Igaratza.


Llegando al refugio privado de los amigos de Aralar.


Refugios de Errenaga


Vistas hacia Enirio.


Indicador en Igaratza.


Indicador en Igaratza.


De vuelta a Guardetxe el camino pasa muy cerca de la cima de Errenaga así que le hacemos una visita.


Buzón de Errenaga.


El promontorio rocosos de Atxispuru desde la pista de Igaratza.


De nuevo por el bonito paso kárstico.



Aquí tenemos a Basajaun, el señor del bosque. De día no da miedo pero de noche...



Los dominios de Basajaun, menudo afortunado.



Cerca de Intzazelai


Al lado del camin, muy cerca de Guardetxe, también tenemos el dolmen de Otsotesare


Antes de llegar a Gurdetxe vemos unas marcas con flechas rojas. ME comenta Eneko que nunca ha seguido este sendero. Mirando el GPS vemos que va hacia Albi. Lo seguimos.


Precioso el camino y el bosque.


El camino se llama Otadi bidea y junto al mismo se encuentra el dólmen de Otadi.


Antes de llegar a Albi nos desviamos un poco y pasamos por el área de Kapatar donde hay una gran mesa y una fuente. Bonito rincón.


Llegamos al Parking de Albi. Ahora hacia Gurdetxe, tenemos unos 800 metros. Iremos por el monte en vez de por la carretera.


Visitamos primero el dólmen de Albia.


De camino a Guardetxe vemos un tejo. Son árboles solitarios y su verdor destaca entre las hayas.


No tardamos mucho en llegar a Guardetxe. Nos reciben las ruinas de casa forestal. Dijeron que aquí iban a hacer una nueva casa de madera y no han hecho nada de nada. Políticos mentirosos.


Parking de Guardetxe. Fin de ruta.

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