Hoy nos hemos lanzado a una ruta desde Gernika-Lumo con destino final en Bermeo. Son unos 20 kilómetros de caminos que, hace tiempo, recorrían los arrieros que llevaban vino y pescado entre la costa y el interior.
Nuestro paseo comenzó atravesando el barrio de Santa Ana, donde nos encontramos con la ermita de San Cristóbal en Armotxerria (Forua), un lugar lleno de historia. Desde allí, seguimos hacia Urberuaga, también en Forua, un pequeño barrio donde la vida transcurre a otro ritmo, rodeado de paisajes verdes y tranquilos.
Más adelante, llegamos a un cruce que nos regaló una vista impresionante de la Cantera Peña Forua y la cueva de Atzetako Kobazuloa. Aquí decidimos tomar el camino que baja al valle de Arrola, subiendo por Upeta hasta toparnos con una carretera que nos llevó al caserío Urrutxuriena.
La ruta continuó hacia Matzagamatzarra, un pequeño conjunto de casas en el barrio de Baldatika (Forua), y desde allí seguimos hacia Altamira (Busturia), un lugar pintoresco con unas vistas increíbles desde las cimas de Karabizurieta y Goikogaña. Aquí nos tomamos un descanso merecido en la Taberna Barri para reponer energías.
Después de comer, seguimos caminando junto a la erreka Mape y pasamos por el antiguo Molino Olaerrota. Luego, subimos por un camino forestal en el monte Sollube hasta llegar a la carretera cerca del agroturismo Iturbe, en el barrio de San Bartolomé. Pasamos por la vieja escuela de Larrazabale y continuamos por San Bartolomé (Busturia), con la casa Urkiobe como referencia.
Finalmente, subimos hasta las cimas de Arribieta y Katillotxu, desde donde se pueden ver el estuario de Urdaibai y la isla de Izaro. Aquí también descubrimos los restos del dólmen de Pakatene, que nos transportaron al pasado, recordándonos cómo vivía la gente hace miles de años.
Desde Katillotxu, tomamos una pista que nos llevó a la aldea de Demiku en Bermeo. Bajamos por el barranco de Kurtzioko erreka y llegamos al casco antiguo de Bermeo, donde el puerto deportivo marcó el final de nuestra etapa en el GR38. Con tiempo de sobra antes de tomar el tren a Donostia, aprovechamos para brindar por el buen día que habíamos tenido y pasear por las calles de esta villa marinera.
Track para GPS:
Después de un buen desayuno en el bar que está justo debajo de nuestra pensión, nos preparamos para empezar el camino.
Pero, les tengo que contar que hoy me acompaña una molestia en el pie izquierdo, justo debajo del talón. Por suerte, a medida que avanzamos y el pie se va calentando, el dolor parece aflojar un poco. Aunque, les adelanto que este pequeño inconveniente va a ser el comienzo de una historia más larga, porque el dolor se convertirá en una fascitis plantar que me dejará fuera de las montañas durante casi un año y medio. Pero esa historia ya la contaré otro día.
El camino que seguimos es tranquilo, con algunos corredores a nuestro alrededor y familias disfrutando de un paseo matutino. Es probable que estemos recorriendo una de esas "rutas del colesterol" que hay en todos los pueblos, donde la naturaleza y el ejercicio se juntan para que la gente mantenga un estilo de vida saludable.
Nuestra primera parada para sacar fotos es en la pintoresca Ermita de San Cristóbal, en el encantador barrio de Armotxerria.
Cerca encontramos una mesa de orientación poniendo nombre a lo que vemos.
Observo con placer cómo mi amigo Eneko se detiene frente al panel de orientación, examinando cuidadosamente cada detalle grabado en él. Sus ojos recorren las letras y los nombres que identifican las montañas y los lugares circundantes, absorbiendo la información con atención.
Nuestro recorrido nos lleva ahora al barrio de Uberuaga, aquí en Forua. A medida que avanzamos, nuestros ojos son atraídos por la imponente presencia de la Peña Forua, una formación rocosa de aspecto piramidal que domina el paisaje circundante. Sin embargo, nuestra admiración se ve empañada por la vista de una cantera que ha dejado su marca en esta majestuosa estructura natural.
Mientras contemplamos la impactante vista de la cantera que ha devorado gran parte de la montaña, somos testigos de cómo el paisaje revela las cicatrices de la extracción de recursos naturales. La magnitud de la cantera nos permite vislumbrar el interior de la montaña, exponiendo sus capas y revelando la historia geológica que yace oculta bajo la superficie.
Es cierto que para algunos, la existencia de la cantera representa progreso económico y oportunidades de desarrollo. Sin embargo, para otros, es un recordatorio doloroso de la destrucción del medio ambiente y de la pérdida irreversible de paisajes naturales.
Ahora nos aventuramos en el hermoso valle de Arrola. A medida que avanzamos por este pequeño pero encantador valle, nos encontramos siguiendo una pista conocida como el Camino de Upeta, que serpentea en paralelo al curso de la erreka.
Y así es como se ve nuestro camino mientras ascendemos por el valle de Arrola.
Lamento informarles que no tuve la oportunidad de sacar la cámara de nuevo hasta después de pasar el pequeño grupo de casas conocido como Matzagamatzarra, ubicado en el barrio de Baldatika en Forua. Sin embargo, una vez que superamos este punto, nos encontramos siguiendo un pequeño cordal que nos llevó a través de un par de cimas: Karabizurieta y Goikogaña. Desde las alturas de Karabizurieta y Goikogaña, pudimos contemplar la vasta extensión del estuario de Urdaibai. La Isla de Izaro, con su silueta distintiva, se destacaba en medio del mar, añadiendo un toque de encanto al paisaje.
Isla de Izaro.
La festividad de la Magdalena es un evento importante, especialmente por la disputa histórica sobre la titularidad de la Isla de Izaro entre Bermeo y Mundaka. A lo largo de la historia, ambas localidades han mantenido enfrentamientos sobre sus límites territoriales y derechos sobre la isla. La leyenda de la regata de Izaro surge de estas disputas, con relatos que narran cómo se decidió la propiedad de la isla a través de una competencia de remo, en la que Bermeo resultó victorioso a pesar de controversias sobre la ventaja otorgada mediante trucos. La regata se conmemora anualmente el 22 de julio, día de Santa María Magdalena, con una fiesta de hermanamiento entre Mundaka, Bermeo y Elantxobe. Durante este evento, el alcalde de Bermeo simbólicamente renueva la posesión de la isla lanzando una teja al mar y ascendiendo a Izaro para colocar la bandera de la ciudad. Este ritual representa la única visita anual a la isla, siendo un momento destacado en la cultura y tradiciones locales.
Notamos la presencia dominante de los imponentes pinos de Monterrey que nos rodean de camino al barrio de Altamira (Busturia).
Nuestro camino entre pinos y eucaliptos.
El eucalipto destaca en las reforestaciones recientes, siendo rentables a corto plazo pero dañinos para los suelos. Esta especie no crea verdaderos bosques ni promueven la biodiversidad local, ya que están destinada principalmente a la industria maderera. El eucalipto, originario de Australia, crece aún más rápido que los pinos y se corta cada 10-15 años. El eucalipto tiene raíces agresivas que pueden competir con otras plantas por nutrientes y agua, lo que puede empobrecer el suelo y reducir su fertilidad con el tiempo.
Parece que estamos acercándonos al barrio de Altamira. Con el estómago comenzando a dar señales, creo que es hora de pensar en un merecido almuerzo. Con un poco de suerte, encontraremos algún bar acogedor abierto y listo para ofrecernos un delicioso almuerzo.
Barrio de Altamira (Busturia).
Parece que hemos tenido suerte. Junto a la iglesia hemos encontrado la Taberna Barri.
Después de despedirnos del pintoresco barrio de Altamira, nos aventuramos hacia el encuentro con la serena erreka Mape. Siguiendo su corriente a lo largo de su margen izquierda, nos adentramos en un recorrido que comienza sobre un sendero que aparenta esconder bajo tierra una tubería junto a un modesto canal.
A pesar de que no se percibe en la imagen, en la orilla opuesta parece vislumbrarse la estructura de un antiguo molino. Mientras avanzamos, nuestro sendero parece prolongarse sobre el robusto muro de hormigón. De no ser por la evidente señalización del GR, podríamos haber llegado a pensar que nos hemos desviado del camino correcto.
Azud cerca del antiguo molino de Olaerroeta
Continuamos ascendiendo por pistas forestales en las estribaciones del monte Sollube.
A lo lejos el monte Oiz por donde ayer pasamos.
Enlazamos con una pequeña carretera y enseguida pasamos junto al Agroturismo Iturbe.
Más adelante pasamos junto a las antiguas escuelas de Larrazabale.
Campiña atlántica en Busturia.
Desembocadura del río Oca y el estuario de Urdaibai. En frente el Cabo Ogoño.
Zoom hacia la cima Talaia en el Cabo Ogoño.
Estas olas deben de ser las tan célebres olas que tanto anhelan los surfistas en Mundaka.
Abajo vemos el pueblo de Sukarrieta.
La ermita de San Pedro de Atxarre, sobre la cima del monte Atxarre ( 312 m. ), uno de los espacios más emblemáticos de Urdaibai.
Nos encontramos ahora en el pequeño cordal que nos lleva hacia la cima de Katillotxu
Katillotxu resguarda un importante legado de nuestra historia ancestral: un conjunto megalítico compuesto por 5 dólmenes y dos asentamientos. En la cima, se yerguen los dólmenes excavados de Katillotxu I y Katillotxu V, que sirvieron como lugares de entierro durante más de dos milenios, desde los albores del IV milenio hasta el II milenio antes de Cristo, abarcando desde el Neolítico hasta la Edad del Bronce. Ambos cuentan con paneles interpretativos que arrojan luz sobre el fenómeno megalítico en nuestra región.
Paneles informativos detallando los vestigios megalíticos.
Perspectiva panorámica de Mundaka desde las proximidades de la cima de Katillotxu
La pista que desde Katillotxu desciende hacia la aldea de Demiku (Bermeo). A lo lejos vemos la plataforma de 'La Gaviota'.
En el corazón del océano yace un antiguo yacimiento, una maravilla de la ingeniería y la geología que abarca una extensión de 64 kilómetros cuadrados a una profundidad de 2.150 metros. Este enclave alberga un tesoro de piedras calizas fracturadas del Cretácico Superior. Conocido como Almacenamiento Gaviota, su explotación se lleva a cabo mediante una plataforma fija, firmemente anclada al lecho marino por medio de 20 pilotes, y conectada a una planta de tratamiento en tierra a través de un gaseoducto.
Las instalaciones de La Gaviota son una rareza en el mundo: uno de los escasos almacenamientos offshore, situado en medio del mar. Enagás ha estado a cargo de estas instalaciones desde 2010. La construcción de La Gaviota se inició en 1984, y en 1986 entró en operación con el descubrimiento de un yacimiento de gas a unos 2.500 metros de profundidad. Sin embargo, desde 1994, su principal función ha sido la de almacenamiento: el gas fluye a través de tuberías y se inyecta en el antiguo yacimiento, una roca porosa y permeable que actúa como una caja fuerte de gas, garantizando así un suministro durante épocas de escasez.
El paisaje se transforma gradualmente ante nuestros ojos, con las primeras viviendas del pintoresco barrio de Demiku emergiendo a nuestro paso. En el horizonte, la silueta del núcleo urbano de Bermeo se distingue claramente. En este momento, una inmensa alegría nos embarga.
En el barrio de Demiku, en el sureste de Bermeo, la atmósfera se transforma en una escena pastoral idílica, donde los caseríos se entrelazan con la exuberante naturaleza. Desde Zarrane hasta Errosape, los caseríos se alzan como testigos del orgulloso legado de la región.
Avanzamos hacia el epicentro de Bermeo, atravesando el encantador barrio de Kurtzio. Cada paso nos sumerge más en la travesía, pero también nos llena de una sensación de nostalgia, anticipando el inevitable final de esta emocionante ruta.
Y así, finalmente, alcanzamos Bermeo, el ansiado destino que marca el cierre de nuestra travesía por el sendero de Gran Recorrido.
El majestuoso Palacio del Casino de Bermeo, con su sofisticada fachada de color vainilla, se erige como una tentadora invitación a orillas del puerto. Inaugurado en 1894 por el arquitecto Severino Achucarro, este edificio fue en su tiempo un destino de ocio exclusivo. Hoy en día, alberga la sede de la Sociedad Bermeana. Más allá de su significado cultural y su papel en la historia local, el Casino de Bermeo se presenta como una joya arquitectónica con reminiscencias de los palacios franceses, destacando su interior, que evoca la atmósfera de un museo. En su salón principal, se exhiben murales del renombrado pintor Ignacio Zuloaga, recreando el estilo de un palacio aristocrático. Desafortunadamente, parte de este valioso patrimonio se perdió en inundaciones ocurridas en 1983, incluyendo algunas obras del propio Zuloaga. Sin embargo, el casino fue reconstruido con esmero, manteniendo su espléndida apariencia actual, que incluye su lujosa fachada, las salas de la Sociedad Bermeana y el restaurante Kasino Jatetxea en su tercera planta. Desde esta altura, las vistas del puerto de Bermeo se convierten quizás en su obra de arte más sublime. Es, sin duda, un lugar que no deja indiferente a quien lo visita.
El Parque Lamera, uno de los rincones predilectos de los habitantes de Bermeo, se erige como un punto de referencia fundamental en la vida cotidiana del municipio. Estratégicamente ubicado junto al mar, este espacio aprovecha su privilegiada localización para ofrecer a los bermeotarras una amplia gama de atracciones y experiencias culturales. Antes de su transformación en un parque verde, en 1905, el área era un terreno de piedra y arena utilizado para el fondeo de embarcaciones en la desembocadura del río Artika.
Hoy en día, el Parque Lamera es mucho más que un simple espacio recreativo: es un crisol de arte y cultura. Entre sus características más destacadas se encuentran las esculturas abstractas dispersas por su césped, parte de la serie "Euskal Kosmogonia" del renombrado artista Néstor Basterretxea, que explora los mitos vascos. Además, el parque alberga un busto dedicado a Alonso de Ercilla, autor del poema épico "La Araucana".
Recorremos Portuzarra o El Puerto Viejo.
La fuente de "Tres Cantos", que data del siglo XVI, es un tesoro histórico único en Bizkaia y una notable muestra de la arquitectura manierista de la época. Esta antigua fuente, la más antigua de Bizkaia, tenía la función crucial de abastecer de agua a las embarcaciones en aquel entonces. Adornada con tres escudos, aunque ahora borrosos, el central exhibe el escudo imperial de Carlos V, mientras que el de la izquierda muestra el emblema del señorío bajo venera y el de la derecha las armas de la villa de Bermeo. Lamentablemente, la fuente lleva mucho tiempo seca, con sus caños y piletas perdidos, pero sigue siendo un testimonio fascinante de la historia marítima de la región.
Portuzarra donde destaca la Iglesia de Santa Eufemia.
Tras explorar los encantos de Bermeo, nos dirigimos a un acogedor bar para celebrar el final de nuestra emocionante travesía por el GR38. Aún nos quedaba tiempo antes de que el tren de Euskotren nos llevara de regreso a Donostia, así que aprovechamos para relajarnos y rememorar los momentos vividos durante nuestra aventura.
kaixo: esta ruta la he hecho decenas de viaje, soy de Gernika e ir a Bermeo ha sido un placer, tengo mechas versiones de como ir de Gernika a Bermeo por si las quieres observar. El reportaje y las fotos son de lo mejor que observo en WIKILOCK y sobre todo las de Gipuzkoa. Sigo con mucho interes tus rutas asi como las que hacia Beltri. Me parece que en alguna foto os he visto juntos.
ResponderEliminaren cualquier caso mila esker.
En wikilock estoy como txiki