Este es un recorrido cargado de historia, muy interesante y que, sorprendentemente, muchos donostiarras todavía desconocen.
Un poco de historia
En 1902 se inauguró en la cima del monte Ulía un parque de recreo que nada tenía que envidiar a los de la Belle Époque europea. Contaba con un restaurante de lujo, pistas de tenis, varios miradores con terraza, un campo de tiro al pichón y, pocos años después (en 1907), un transbordador aéreo ideado por el ingeniero Leonardo Torres Quevedo.
Como no existía carretera (la actual se construyó en 1912), se levantó un ferrocarril eléctrico para acceder al parque. Fue la primera línea ferroviaria electrificada con servicio público de todo el Estado español, y el trayecto —de 3.088 metros— se convirtió en una auténtica atracción con unas vistas impresionantes de Donostia. Partía desde Ategorrieta y tardaba unos 20 minutos en alcanzar la cima de Ulía.
Descripción del recorrido
La ruta arranca en el reloj de Ategorrieta. Cruzamos la carretera y seguimos por el Paseo Bordatxipi. Enseguida, a mano izquierda, entre un bolatoki y un frontón, aparece un pequeño edificio: la antigua estación del ferrocarril de Ulía.
Un año después de su apertura, el tren empezó a salir directamente desde el Boulevard, evitando así el transbordo en Ategorrieta.
El trazado era ingenioso: al ser un ferrocarril de montaña, la pendiente no podía superar el 6 %, y las curvas debían tener un radio amplio. Si seguimos el recorrido original, veremos que el camino serpentea suavemente por las laderas de Ulía.
El itinerario continúa por la calle Rodil, y tras una gran curva, sube por el Paseo Arbola. Poco a poco, los edificios van quedando atrás y la pendiente se suaviza. Cuando la calle se estrecha, unos bolardos impiden el paso de vehículos grandes: a partir de aquí el paseo es peatonal.
Las vistas empiezan a abrirse, y uno no puede evitar imaginar el espectáculo que debían disfrutar los viajeros del antiguo tren mientras ascendían por estas laderas despejadas, con Donostia a sus pies. Hoy la vegetación ha crecido, pero en los claros… ¡menudas vistas!
El paseo está muy frecuentado por ciclistas, corredores y paseantes. Diferentes accesos, como tramos de escaleras, conectan este camino con el barrio de Gros y las zonas altas del monte.
El asfalto termina al encontrarse con el camino que sube desde Zemoria. Pocos metros más adelante se abre un mirador espectacular sobre la playa de la Zurriola, aunque la vegetación amenaza con cerrar la panorámica.
El camino traza un giro de 180 grados y llega a una bifurcación: seguimos por el camino principal de la derecha, adentrándonos en el valle de Loitxiki, un rincón tranquilo y umbrío.
Aún pueden verse algunos restos del antiguo ferrocarril, como los soportes metálicos que sujetaban los postes de madera de la catenaria. Por aquí también pasa el Camino de Santiago, así que no es raro cruzarse con peregrinos que vienen de Jaizkibel y bajan hacia Donostia en busca de descanso.
El trazado dibuja un par de curvas más antes de acercarse a los restos del antiguo caserío, hoy convertido en el albergue de Ulía. Cien metros más adelante llegamos al final del antiguo recorrido ferroviario, donde estaba la estación superior.
Aquí también se encontraba el restaurante del Parque de recreo de Ulía, un elegante edificio que durante décadas estuvo en ruinas. Hoy el Ayuntamiento ha adecentado la zona y se pueden ver los restos consolidados, con bancos y un entorno muy agradable para descansar.
A pocos metros están los restos de la plataforma del transbordador aéreo: el muro donde la gente hacía cola para subir y los bloques de hormigón que soportaban el sistema de cables.
Desde allí, merece la pena acercarse hasta el vértice geodésico de Mendiko Etxeberria, aunque las vistas están hoy completamente tapadas por la vegetación.
De vuelta al aparcamiento de Ulía, podemos continuar la excursión hacia la parte alta del monte, pasando por los restos de la Casa Rústica, un antiguo merendero con vistas al mar, y seguir por senderos que conducen hasta el Fuerte del Almirante, vestigio militar situado en un entorno natural precioso.
Finalmente, el camino desciende hacia Punta Cruces, pasando junto al faro de Senokozuloa y enlazando con el paseo marítimo de Trintxerpe, que lleva directamente hasta el corazón de San Pedro.
Desde aquí se puede regresar cómodamente a Donostia en autobús, o bien caminar unos minutos más hasta la estación de Euskotren en Herrera.
Track para GPS:
Fotos:
La ruta comienza en el reloj de Ategorrieta, se cruza la carretera y se continua por el Paseo BordatxipiEnseguida, por nuestra izquierda veremos un pequeño edificio entre un bolatoki y un frontón. Se trata de la vieja estación del ferrocarril de Ulía. Un año más tarde de la apertura del parque de recreo, tras varias negociaciones con la Compañía del tranvía, el ferrocarril de Ulía salia desde el propio boulevard. De esta manera los usuarios no tenían que realizar un transbordo.
El trazado es lógico si tenemos en cuenta que un ferrocarril de montaña no podía superar un 6% de pendiente (que ya es mucho) y los giros tenían que tener cierto radio. En la foto pongo con linea roja discontinua el trazado del ferrocarril.
Tras una gran curva cerrada el trazado continua por la calle Rodil
Al llegar a esta bifurcación el trazado, siempre en ligero ascenso, continua por el Paseo Arbola
Llegamos a la ladera del monte y la pendiente se suaviza. Donde terminan los edificios la circulación de vehículos parece que ya no está permitida; un par de bolardos impiden la entrada de grandes vehículos.
Las vista se van ampliando. Hay que recordar que para la apertura del parque se hizo un laborioso trabajo de desbroce en la ladera del monte para que las vistas de la ciudad según se iba subiendo en el ferrocarril, vistas totalmente despejadas, fueran maravillosas. Hoy en día tenemos vistas solo desde algunas zonas del trazado. Eso si... ¡menudas vistas!.
Diferentes accesos comunican la ciudad con el paseo, y zonas más altas del monte, como estas escaleras.
Preciosas vistas.
Actualmente este paseo está bastante frecuentado; ciclistas, paseantes, corredores...
El asfalto termina en la confluencia con el camino que sube desde el barrio de Gros por la calle Zemoria.
Pocos metros después tenemos un estupendo mirador de la ciudad, en especial de la Playa de la Zurriola. La vegetación poco a poco está cerrando las vistas.
El camino comienza a trazar un giro de 180 grados.
Se llega a una bifurcación donde por hay que seguir por el camino principal de la derecha.
Se entra en el pequeño valle de Loitxiki.
Todavía pueden verse junto al camino los restos de algunos vestigios del ferrocarril. En la foto vemos parte del soporte de sujeción donde iba insertado el poste de madera de la catenaria (tendido de cables).
Actualmente el camino por el vallecito de Loitxiki es un remanso de paz. Por este camino bajan los peregrinos que después de haber salido de Irún, haber cruzado el monte Jaizkibel y Ulia, buscan su ansiado descanso al llegar Donostia. Imaginad la sorpresa que se llevan cuando llegan al mirador sobre la Playa de Zurriola. Es por ello que veremos flechas amarillas en algunas partes del trazado.
El trazado vuelve a trazar un par de curvas cerradas.
Se comienza a ver restos de muros.
El trazado se orienta para enfilar su último tramo.
Más vestigios de la catenaria.
Pasa junto al albergue de Ulía donde antiguamente había un caserío.
Y nada más pasar el albergue, tras recorrer unos cien metros...
Se llega al final del recorrido donde estaba la estación de llegada. Junto a la estación se encontraban las escaleras por las que se accedía al restaurante.
El restaurante fue un edificio muy bonito. Hasta hace unos pocos años estaba ruinoso y había riesgo de desprendimientos por eso el ayuntamiento adecentó las ruinas para evitar desgracias. Actualmente hay algunos bancos por toda esta zona.
Muy cerca del restaurante se encontraba la salida del transbordador aéreo. Actualmente se pueden ver los restos de la plataforma de hormigón. Un pequeño muro donde la gente hacia cola para montarse en la barquilla del transbordador.
Y los restos de hormigón que soportaban el sistema de cables.
Desde la plataforma de salida del transbordador me acerco hasta el vértice geológico de Mendiko Etxeberria.
Ahora hay mucha vegetación y las vistas son nulas pero estoy seguro que por entonces, las vistas eran muy buenas.
Desde el vértice me dirijo al aparcamiento de Ulía.
Comienzo a subir a la parte alta del monte.
primero me acerco hasta los restos de la Casa Rustica, un merendero con vistas al mar.
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