Inicio

martes, 6 de junio de 2017

Artikutza: entre canales, ferrerías y hayedos

domingo, 23 de abril de 2017

El recorrido comienza en la casa del guarda de Eskas, donde hay un pequeño aparcamiento para dejar el coche. Desde aquí iniciamos el descenso hacia la ermita de Berdabio por una pista ancha que recorre la ladera sur del monte Bunaniarri (también conocido como Munanier).

Un poco más abajo de la ermita encontramos el canal de Artikutza, una vieja obra de ingeniería que antaño transportaba agua hacia el embalse de Añarbe. Seguiremos su trazado a contracorriente hasta llegar a la presa de Ugalde, combinando tramos por el sendero de servicio con otros sobre el propio muro del canal.

Desde la presa continuamos por la izquierda, siguiendo un precioso camino paralelo al río Añarbe, hasta llegar a una bifurcación: por la izquierda se va al poblado de Artikutza y, de frente, cruzando un puente metálico estrecho y largo, se accede al valle de Elama. Primero iremos al poblado para acompañar a una compañera que tiene que volver a Donostia, y después regresaremos a este punto, justo donde los ríos Artikutza y Elama se unen para formar el río Añarbe.

Nos adentramos entonces en el valle de Elama, siguiendo el antiguo trazado del ferrocarril minero, hoy convertido en una cómoda pista. En media hora llegamos a un cruce: por la izquierda la pista sube hacia el collado de Otan, y de frente continúa hacia las ferrerías de Goizarin y Elama. Tomamos esta última dirección y, en apenas cinco minutos, aparecen las ruinas de Goizarin.

Cruzamos la erreka por un puente de piedra de dos ojos y accedemos al recinto de la antigua ferrería, donde aún pueden verse las escorias del antiguo horno circular, testimonio del intenso pasado siderúrgico del valle. Tras recorrer sus muros, regresamos al cruce anterior para subir al collado de Otan por el Goizaringo bidea, un bonito camino que, si lo siguiéramos más allá, nos llevaría a la cima del monte Beltzuntze.

Ya en el collado, a unos cien metros, encontramos un desvío a la izquierda señalizado con un par de hitos de piedra y una nueva baliza vertical que marca la dirección hacia Urdallue. El sendero se adentra en el espectacular hayedo de Urdallue, un auténtico regalo para los sentidos, que cruzamos durante algo más de un kilómetro y medio hasta alcanzar las ruinas de la ferrería de Urdallue.

Desde allí, un sendero muy marcado asciende suavemente por la ladera oeste del monte Izu. En el camino encontramos los restos de una antigua canalización de agua: el canal de Erretena, una conducción modesta que desemboca en el viejo depósito de agua de Lizarurdiñeta, hoy vacío. Muy cerca pasa el camino que une el poblado de Artikutza con la cima del Izu, que aprovechamos para descender al valle.

De vuelta en el poblado de Artikutza, aprovechamos el buen tiempo para comer tranquilamente junto al río, disfrutando de la paz del lugar.

Por la tarde emprendemos la subida de regreso a Eskas por el camino de Elizmendi, pasando junto a la cascada de Erroiarri y atravesando otro hayedo espectacular, el de Exkaxpe. Rincones preciosos los de Erroiarri: pozas, remansos y saltos de agua que parecen sacados de un cuento.

Finalmente, tras una subida tendida, alcanzamos la carretera y, en unos 500 metros, llegamos de nuevo a la casa del guarda, donde damos por finalizada esta preciosa y completa vuelta por Artikutza.

Una ruta llena de historia, agua y bosque, que resume a la perfección la esencia de este pequeño paraíso natural.

Perfil de altura:


Track para GPS: (para acceder al track pinchar sobre el icono de salida)



Comenzamos en Eskas, "la casa del guarda". La mayor parte de las rutas que se hacen por Artikutza parten desde aquí; en la casa del guarda está la barrera que impide el paso de vehículos motorizados hacia el poblado de Artikutza sin la debida autorización.


Bajando hacia la ermita de Berdabio.


El sendero que va a la ermita. Si es la primera vez que pasas por esta ermita vas a pensar que te metes en terreno privado.


Esta es la Ermita de Berdabio. Podéis estar tranquilos que se puede pasar sin ningún problema. Parece una borda privada y en un primer momento puede que te entren dudas si seguir adelante. Yo la primera vez que pasé, por no saber, la bordeé siguiendo la linea de alambrada.


Cráneo y cuernos de una cabra. En esta ermita se mezcla lo pagano con lo cristiano.

La verdad que no tiene pinta de ermita.


Eguzki Lore en una de las puertas. En la religión pagana vasca el eguzki lore proteje la casa del mal que cada noche sale de su guarida para acechar al ser humano.

Tras pasar la ermita y descender un poco se alcanza el canal.


Foto del grupo en el punto exacto donde accedemos al canal


Seguimos el canal contracorriente, unas veces por el sendero de servicio y otras sobre el murete. El camino del canal es una pasada.


El muro es lo suficientemente ancho.


Relajante y divertido.


El canal atraviesa preciosos parajes como este hayedo, y se convierte en un paseo muy relajante.


Unos metros más abajo fluye el río Añarbe. Hay algunas pocitas que en verano no tienen que estar nada mal


Llegando a la presa de Ugalde el canal termina. Antes de su fin, o en su comienzo, según como se mire, hay un aliviadero.









Al llegar a la presa de Ugalde se termina el canal. El camino continua sobre una canalización soterrada.


Más adelante, en la confluencia de los ríos Artikutza y Elama se llega a una bifurcación donde veremos un estrecho y largo puente de hierro. Cruzando el puente se accede al valle de Elama pero nosotros vamos a ir primero al poblado de Artikutza ya que una componente del grupo nos tiene que dejar por lo que tomamos el camino de la izquierda y descartamos pasar por el puente. Si no se quiere ir al poblado seguir por el puente.

Llegamos al poblado.


El ostatu donde está la maquina de café y refrescos


Palacio de Olajaundi, la que fue la casa del dueño de todas las ferrerías.


Artikutza.


Encaminamos a la compañera hacia Eskas y nos dirigimos a la entrada del valle de Elama por la pista que va paralela a la margen izquierda del río Artikutza. La entrada del valle está en la confluencia de los dos ríos: Elama y Artikutza. A partir de aquí seguimos la ancha pista que va paralela al río Elama hasta alcanzar el desvío a Goizarín. La pista es el antiguo trazado del ferrocarril minero.


Las ruinas de la ferrería Goizarin.


Rodeamos sus muros. ¿Cuanta actividad tuvo que haber aquí hace más de 100 años?


Cualquier día estos muros colapsaran. No se como aguantan tanto tiempo.


La amiga Silvi posando en Goizarin.


¡Como se lo pasa la tía!


Cerca de los muros se encuentra el horno. Por esta zona todavía pueden verse en el suelo restos de escorias.


El puente de piedra de Goizarin sobre la erreka Elama. Bonito puente de dos ojos.


Subiendo hacia el collado de Otan, ya casi arriba, busco el artamugarri del sel de Goizarin.


Una vez alcanzamos el collado, a los pocos metros, cogemos el desvío a Urdallue.


Atravesamos el espectacular hayedo de Urdallue. Una delicia para la vista.


Vamos todos extasiados.


Una vez abajo llegamos a las ruinas de lo que fue la ferrería de Urdallue.


Las ruinas las encontramos justamente después de cruzar el puente sobre la erreka Urdallue.


¡Que rincones más bonitos y salvajes!


Paradita para ver las ruinas.


Después comenzamos a subir hacia el depósito de Lizarurdiñeta. Seguimos por bosque, atravesando bonitos lugares.


Un grandísimo tronco caído en el camino. Silvi se sube para que os hagáis una idea de su tamaño.


Seguimos subiendo y por nuestra derecha vemos un pequeño canal. Es el canal de Erretena que va al depósito de Lizarurdiñeta.


El valle de Urdallue y la masa boscosa que lo rodea.


LLegamos al depósito de Lizarurdiñeta. Está sin agua. Siempre lo he visto así.


Desde el depósito bajamos al poblado. Pasamos primero por el embalse. Tiene poca agua porque lo están vaciando poco a poco.


Nos hacemos la foto del grupo.


pasamos por la parte inferior de la presa


y después vamos al poblado. En la foto la Ermita de San Agustín.


Frente a la ermita, al sol, una culebra de collar.


Artikutza. Hoy, con el día tan estupendo que ha salido está bastante frecuentado.


Río Artikutza.


Comemos junto al río y a la sombra. ¡Que bien se estaba!


Nos acercamos a ver los juego de agua.


Gema y Silvi se lo están pasando como niñas.


Después de comer comenzamos la subida hacia Eskas. Tenemos 1 hora y media de subida. Saliendo del poblado pasamos por el lavadero.


Visitamos la parte superior de la presa de Enobieta.


Y nos metemos en el bosque. Seguiremos las marcas blaquiamarillas del PR NA-124 que sube por Elizmendi y Erroiarri hacia Eskas. Una subida muy chula.


Al llegar a Erroiarri nos acercamos a la cascada. No podemos verla porque el lugar no lo permite. Hay una especie de balconera natural pero poca leche se ve. Hay que tener cuidado que hay mucha altura.

Esto es lo que se ve, nada de nada.


Pero la erreka, antes de precipitarse por la cascada, tiene una pocita muy maja con un pequeño saltito de agua. Este rincón es precioso.


¿A que dan ganas de darse un baño? Pues tendréis que esperar al verano para no congelaros.


Después de pasar Erroiarri entramos en un rellano precioso, muy bucólico. El hayedo, la erreka, el puente de madera...


El hayedo de Exkaxpe otro increíble paraje.


y poco después salimos a la carretera y enseguida llegamos a Eskas. Menuda circular bonita que hemos hecho (foto hecha en otra fecha)



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puede dejar aquí su comentario y en breve será publicado