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miércoles, 4 de septiembre de 2013

Artikutza: buscando sombra entre hayas y cascadas

Miércoles, 4 de septiembre de 2013

Menudo día de calor ha hecho hoy, ¿verdad? Mientras muchos han optado por ir a la playa a refrescarse, otros —como yo— hemos preferido huir del sol y refugiarnos en el monte. Eso de rebozarme los pies con arena no va conmigo, así que la elección estaba clara: buscar el frescor y la sombra que siempre regalan los bosques de Artikutza. Y la verdad… acertamos de pleno. ¡Qué gusto daba caminar hoy por allí!

He quedado después del trabajo con un compañero que nunca había estado en Artikutza. Así que, para su primera visita, nada mejor que hacer la vuelta clásica, el PR-NA 124, un recorrido perfecto para conocer la esencia del lugar.

Comenzamos en Eskas, junto a la casa del guarda, y empezamos a bajar por el camino de Elizmendi, que desciende suavemente entre hayas hasta enlazar con el precioso entorno de Erroiarri. El sendero se encajona entre el bosque, dejando oír el murmullo del agua, y pronto aparecen las pozas y cascadas que dan fama a este rincón. Aquí el aire es más fresco, el suelo está tapizado de hojas y las sombras lo cubren todo.

Tras disfrutar de la bajada —una hora más o menos— llegamos al poblado de Artikutza, siempre tan cuidado y con ese encanto antiguo que parece detenido en el tiempo. Aprovechamos para dar una vuelta por el entorno y llenar las cantimploras en la fuente antes de emprender la subida.

El regreso lo hacemos siguiendo el antiguo trazado del tren minero, un camino amplio y cómodo que gana altura poco a poco, entre túneles de vegetación y antiguos muros cubiertos de musgo. A medida que ascendemos, se intuye la luz del atardecer filtrándose entre las hayas, dando al bosque un tono dorado precioso.

En algo menos de hora y media estamos de nuevo en Eskas, con la sensación de haber pasado una tarde redonda: buena compañía, un recorrido precioso y ese frescor único de Artikutza, que en días de calor como hoy se agradece más que nunca.

Una ruta corta y perfecta para una escapada después del trabajo… y para recordar que no hace falta playa para disfrutar del verano.

Mapa del recorrido realizado:


Perfil de altura:


Track para GPS (Pinchar icono verde dentro del mapa para acceso):



Eskas, salida del recorrido. Continuamos unos cientos de metros por la carretera hasta dar con el balizado del PR-NA 124


Pottokas.


Nos adentramos en el hayedo de Exkaxpe


la luz disminuye hasta tal punto de que tengo que tirar las fotos con ISO alto. La frescura se hace patente y caminar con la calma del bosque es una auténtica gozada.


A nuestro paso vamos encontrando monumentos naturales de caprichosas formas como este pedazo de tronco de haya.


Cruzamos la Erreka de Biandiz que junto con la erreka Argarate, por la que pasaremos más adelante, forman la Erreka de Erroiarri


A pesar de que estamos en uno de los meses donde menos llueve el verdor y el musgo es una constante.


La erreka de Erroiarri antes de llegar a la cascada. Desde la parte alta, antes del salto, la cascada no se aprecia por lo que nosotros continuamos por el camino. Se nota además, por el ruido de la cascada, que la erreka no lleva mucho agua.


Presa de Enobieta. Hoy no tira agua.


Embalse de Enobieta.


Nos acercamos ahora al poblado de Artikutza. Entramos al pueblo por la Ermita de San Agustín


Caserío Almandoz visto desde uno de los arcos de la ermita.


Precioso el caserío Almandoz.


La Erreka Artikutza, formada por las errekas de Erroiarri y Enobieta a su paso por el poblado. Más adelante se junta con las aguas de las errekas Urdallue y Elama para formar el curso del río Añarbe, afluente del río Urumea.


Olajaundi, la casa del antiguo ferrón.


Estamos lo justo en el poblado para tomar un café y poco después comenzamos a subir hacia Eskas por el antiguo trazado del tren minero. Subimos siguiendo las marcas blanquiamarillas del PR-NA 124. Desde Artikutza tenemos un buen repecho de 200 metros de desnivel hasta dar con el trazado del tren donde ya el camino se suaviza mucho.


En un punto determinado por un poste de señalización podemos ver una muelas de molino tiradas metros más abajo.


LLegados al camino del tren el recorrido se convierte en un agradable paseo con preciosas vista sobre algunos de los montes que circundan la finca de Artikutza.


Vistas desde un pequeño mirador cerca del balcón de Erroiarri.


Espectaculares vistas desde el balcón de Erroiarri.


Y llegamos a Eskas poniendose el sol con un color rojizo espectacular.

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